miércoles, 31 de agosto de 2016

Aproximación a la sexualidad: derechos sexuales y reproductivos


 De acuerdo con la World Association for Sexual Health  los derechos sexuales abarcan los derechos humanos; se reconocen en las leyes nacionales, en los documentos base de tratados y convenios internacionales y en otras declaraciones de consenso y alcance sectorial, gremial, regional, continental o global. En síntesis, comprenden el derecho de todas las personas para que, libres de coacción, discriminación y violencia, puedan:

  • Alcanzar el nivel más alto posible de salud sexual, lo que comprende el acceso a servicios de atención de salud sexual y reproductiva. 
  • Buscar, recibir y divulgar información con relación a la sexualidad. S Recibir educación de la sexualidad. 
  • Respeto de su integridad física. 
  • Elegir su pareja. 
  • Decidir si se quiere ser sexualmente activo o no. 
  • Tener relaciones sexuales consensuales. 
  • Contraer matrimonio consensual. 
  • Decidir si la persona quiere tener hijos o no, y cuándo quiere tenerlos. 
  • Llevar una vida sexual satisfactoria, segura y placentera.”
 Tanto los derechos humanos como los derechos sexuales y reproductivos constituyen una dimensión imprescindible y una base de información para la construcción de herramientas para la prevención de la violencia, toda vez que a partir del conocimiento e incorporación de esos derechos se pueden brindar elementos para prevenir el maltrato y para que mejoren los vínculos afectivos en la vida cotidiana, sea en los ámbitos escolar, familiar o directamente entre las y los jóvenes.

 La sexualidad es una vivencia básica e inherente al ser humano que abarca todo el ciclo vital de las personas. Contempla dimensiones como el erotismo, los vínculos afectivos, la reproductividad, el género y la orientación/preferencia sexual. Sin embargo, esta actividad suele permanecer  oculta o exclusivamente ligada a la reproducción, por diferentes motivos –culturales, religiosos o ideológicos– que, en su mayoría, están relacionados con la persistencia de un basamento patriarcal. 

Es un hecho que en México la vida sexual activa comienza a temprana edad: entre los 13 y 15, en el caso de los varones y entre los 14 y los 16, en el caso de las mujeres. El conocimiento, defensa y ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, experimentando o no una vida sexual activa, promueve la libertad para tomar decisiones. Para que los derechos se encuentren al alcance de las y los adolescentes y jóvenes es necesario: 
  • Hacer visibles las necesidades específicas de las y los adolescentes. 
  • Mirarles como las y los interlocutores válidos que son. 
  • Reconocer sus capacidades de decisión. 
  • Erradicar valores culturales y prácticas sociales discriminatorias. 
  •  Proporcionarles conocimientos suficientes sobre la sexualidad y el cuerpo, tengan o no una vida sexual activa. 
  • Brindar servicios educativos y de salud específicos para su etapa de vida. 
La existencia de una doble moral relacionada con el actuar y los comportamientos en la sexualidad de las mujeres y los hombres, es un factor de riesgo y tiene un impacto importante en el ejercicio y en el sufrimiento de la violencia en las relaciones de noviazgo y en otras relaciones afectivo-eróticas.

 En este marco, cabe reflexionar sobre el concepto de la sexualidad como un aspecto inherente a la vida y actividad de las personas y como un derecho que incluye el derecho a la vida privada, a la integridad y al ejercicio de la sexualidad libre de violencias y daño en las personas. 

 La sexualidad es un aspecto fundamental de la condición humana, presente a lo largo de la vida y abarca el sexo, las identidades y los papeles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción.

La sexualidad se vivencia y se expresa por medio de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, comportamientos, prácticas, funciones y relaciones. Si bien la sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no todas ellas se vivencian o expresan siempre. La sexualidad recibe la influencia de la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, así como religiosos y espirituales.” 

 En México se cuenta con la Cartilla Nacional por los Derechos Sexuales de las y los Jóvenes “avalada por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y más de 160 organizaciones.” (www.andar.org.mx). Dicha cartilla se compone de trece derechos, a saber: 
1. Decidir de forma libre sobre mi cuerpo y mi sexualidad.
2. Ejercer y disfrutar plenamente mi vida sexual. 
3. Manifestar públicamente mis afectos. 
4. Decidir con quien compartir mi vida y mi sexualidad. 
5. Respeto de mi intimidad y mi vida privada. 
6. Vivir libre de violencia sexual. 
7. Libertad reproductiva.  
8. Igualdad de oportunidades y a la equidad. 
9. Vivir libre de toda discriminación. 
10. Información completa, científica y laica sobre la sexualidad. 
11. Educación sexual. 
12. Servicios de salud sexual y a la salud reproductiva. 
13. Participación en las políticas públicas sobre sexualidad. 

Conviene enfatizar en la importancia del derecho a vivir libre de violencia sexual, ya que la sexualidad es un campo en donde también es importante aprender a decidir y se requiere vivirla en ambientes libres de coerción y daño.