miércoles, 23 de noviembre de 2016

25 de Noviembre, dia internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer

¿Por qué el 25 de noviembre se celebra el día contra la violencia de género?

Este es el día elegido por los organismos internacionales, asociaciones activistas de mujeres y gobiernos para recordar a la sociedad la gravedad del problema de la violencia de género.    Esta fecha pretende hacer reflexionar en las diferentes formas en las que se manifiesta este tipo de violencia contra las mujeres del mundo entero.

El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer,  fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas  en 1999.  La propuesta para que se celebrara en esa fecha la realizó la República Dominicana, con el apoyo de 60 países.

Se eligió el 25 de noviembre para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de noviembre de 1960 en manos por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.


Algunas definiciones:

Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo mujer que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, inclusive las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública o privada (“Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Naciones Unidas, 1994).

Susana Velázquez (2003) amplía la definición de violencia de género: Abarca todos los actos mediante los cuales se discrimina, ignora, somete y subordina a las mujeres en los diferentes aspectos de su existencia. Es todo ataque material y simbólico que afecta su libertad, dignidad, seguridad, intimidad e integridad moral y/o física.

TIPOS DE VIOLENCIA

Emocional: Hacer algo calculadamente o por omisión, para dañar emocionalmente a la pareja y sacarla de equilibrio.

Económica: Controlar los recursos monetarios o bienes de la pareja.

Verbal: Usar palabras o sonidos para controlar a la pareja, se divide en tres.
             Cosificar: Llamarla por nombres que le quiten su valor como persona.
              Menosprecio: Le hago sentir menos de lo que vale.
              Amenaza: Prometo ser violento en el futuro.

Física: Mantener contacto físico con la otra persona

Sexual: Todo acto sexual sin permiso de mi pareja que le dañe.

MITOS.

Habitualmente se justifica y se trata de dar explicación a este tipo de violencia atendiendo a:

  • Características personales del agresor (trastorno mental, adicciones), ·  
  • Características de la víctima (masoquismo, o la propia naturaleza de la mujer, que “lo busca, le provoca, es manipuladora…”),
  • Circunstancias externas (estrés laboral, problemas económicos),
  • Los celos (“crimen pasional”),
  • La incapacidad del agresor para controlar sus impulsos, etc.
  • Además existe la creencia generalizada de que estas víctimas y sus agresores son parejas mal avenidas (“siempre estaban peleando y discutiendo”), de bajo nivel sociocultural y económico, inmigrantes… Es decir, diferentes a “nosotros”, por lo que “estamos a salvo”.

Aquellos hombres que son alcohólicos y maltratan a sus mujeres, sin embargo no tienen, en su gran mayoría, problemas o peleas con otros hombres, con su jefe o su casero.  El estrés laboral o de cualquier tipo afecta realmente a mucha gente, hombres y mujeres, y no todos se vuelven violentos con su pareja.  

En el fondo, estas justificaciones buscan reducir la responsabilidad y la culpa del agresor, además del compromiso que debería asumir toda la sociedad para prevenir y luchar contra este problema.

CICLO DE LA VIOLENCIA.

Lenore Walker definió el Ciclo de la violencia a partir de su trabajo con mujeres, y actualmente es el modelo más utilizado por las/los profesionales.

El ciclo comienza con una primera fase de Acumulación de la Tensión, en la que la víctima percibe claramente cómo el agresor va volviéndose más susceptible, respondiendo con más agresividad y encontrando motivos de conflicto en cada situación.

La segunda fase supone el Estallido de la Tensión, en la que la violencia finalmente explota, dando lugar a la agresión.

En la tercera fase, denominada de “Luna de Miel” o Arrepentimiento, el agresor pide disculpas a la víctima, le hace regalos y trata de mostrar su arrepentimiento. Esta fase va reduciéndose con el tiempo, siendo cada vez más breve y llegando a desaparecer. Este ciclo, en el que al castigo (agresión) le sigue la expresión de arrepentimiento que mantiene la ilusión del cambio, puede ayudar a explicar la continuidad de la relación por parte de la mujer en los primeros momentos de la misma.



miércoles, 16 de noviembre de 2016

De los mexicanos y el racismo



¿Qué entiendes cuando dicen ‘racismo’? 

 
El racismo es la discriminación hacia una persona o grupo de persona que colocamos arbitrariamente en una “categoría inferior”.


En México, el tema de racismo ha sido invisibilizado, siendo que existe un alto porcentaje de discriminación hacia ciertos grupos o personas. Existe discriminación al modo de hablar, de vestirse, del color de piel o incluso al modo de pensar. 


Por ejemplo, el adjetivo ‘naco’ es un calificativo que es frecuentemente utilizado para desvalorizar la ‘categoría social’ de una persona. Al igual que las expresiones cotidianas como ‘hay que mejorar la raza’. 


En los trabajos, las estadísticas demuestran que, en las mujeres con más frecuencia, son contratadas quienes cumplen con el estereotipo europeo de belleza, es decir, las oportunidades laborales dependen en gran medida de la apariencia a una ‘mejor raza’. 


La Jornada publica estadísticas de la CONAPRED (Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación), las cuales reflejan que el 23% de los habitantes del país no estarían dispuestos a vivir con alguien de otra raza o con una cultura distinta. 


De igual forma, 55 por ciento de los y las mexicanas admiten que en el país se insulta a los demás por su color de piel, pero de ese total, 11 por ciento justifican que así sea o están de acuerdo con que los indígenas son pobres porque no trabajan lo suficiente.


En el mismo artículo de La Jornada exponen otro estudio realizado por los investigadores estadunidenses Gillette Hall y Harry Patrinos, sobre pobreza y desarrollo en pueblos originarios de América Latina, el cual arrojó que un indígena en México con licenciatura ganaba en 1995 poco más de 3 mil pesos mensuales de sueldo, mientras que un no indígena con el mismo nivel de estudios ganaba más de 6 mil 500.


Estas y otras estadísticas exponen el nivel de racismo que existe en México. Sumado a estos casos, se pueden citar otros ejemplos donde funcionarios públicos se han expresado de manera racista de la población que representa. Un ejemplo de esto, citado en el libro “México Racista, una denuncia” de Federico Navarrete, se refiere a la publicación de Liliana Sevilla Rosas, directora del Instituo Municipal de la mujer (Inmujer) de Tijuana, conocida en redes sociales como Lady Europa o Lady Tijuana, quien compartió en su cuenta de Facebook una imagen con la leyenda: “Que tal que lo mío está en Europa y yo aquí sufriendo con estos indígenas”. 


Estas expresiones son gravísimas, y más aún en un funcionario público, siendo que teóricamente son personas que deben representar los intereses de los ciudadanos. Y así como estas hay muchas otras expresiones de racismo que han sido normalizadas por falta de una educación intercultural y de políticas que la apoyen. 


Al respecto, la CONAPRED señala que los agravios por racismo no se denuncian y aunque se denunciaran, no existen mecanismos para castigarlos. De acuerdo con cifras de este organismo, en cuatro años (2011-2014) sólo se han recibido 15 quejas por discriminación racial.


Estas cifras demuestran lo normalizado del racismo en nuestro país, y cabe preguntarnos ¿cuántos de nosotros no hemos ejercido discriminación con comentarios descalificativos a otra persona por su color de piel, su modo de hablar, su manera de vestir, etcétera?          

Evidentemente emitimos los comentarios desde nuestros prejuicios, desde nuestro imaginario de que existe una raza superior, sin conocer y re-conocer las virtudes que tiene la pluralidad de formas de pensar, de vestirse y de ser.


El problema del racismo en México es una situación cultural que cambiará en la medida en que cada uno de nosotros lo exhiba y lo ponga a discusión. 


Desde aquí extendemos la invitación para que seamos agentes que visibilicen cada acto de racismo del que seamos testigos, y una revisión a nuestros propios prejuicios.